José Ferri

Comercial y Marketing de Valencia Guías

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Nací en un pequeño pueblo al sur de Valencia, puramente mediterráneo, que ha marcado mi manera de ser y entender la vida. Mi primer viaje al extranjero, cuando tenía 13 años, me ayudo a decidir que no quería ser astronauta ni bombero, sino dedicarme al turismo y la hospitalidad.

Me mudé a Valencia a finales de los 80’s para estudiar Turismo y pronto descubrí que la ciudad donde vivía era fascinante, sintiendo una necesidad irrefrenable de pasear por todos sus rincones y aprender más y más sobre ella.

Aunque inicié mi vida laboral en oficinas de turismo (Vevey -Suiza- Morella y Valencia), pronto, mi pasión por viajar me hizo recorrer Europa trabajando de guía hasta acabar viviendo en Praga. No contaba con echar de menos el sol, el jamón, los tomates y el aceite de oliva, así que 3 años después regresé para trabajar como técnico de promoción de la Agencia Valenciana del Turismo, donde tuve la oportunidad de promocionar la Comunidad Valenciana en Europa y ayudar a que la ciudad de Valencia se conociera mejor y se situara en el mapa turístico.

Pero es entonces cuando mi inseparable socia Ana decidió regresar de Alemania y nos reencontramos, con una buena cena, compartiendo valores y visiones de futuro, así que dejé mi trabajo en la administración para apostar por un proyecto propio que aunara mis pasiones y conocimiento del sector turístico.

Ello me ha permitido también llevar a cabo una de mis grandes pasiones, Viajar. Viajar me aporta madurez, serenidad, conocimiento y mucha tranquilidad. Cuando viajo es cuando me encuentro, y enfrento, a mi mejor yo. Aparte de viajar me entusiasma leer (historia sobre todo), la arquitectura contemporánea, los documentales históricos, la fotografía, la buena gastronomía, los hoteles, el trekking, las comidas familiares que organiza mi madre (a veces pienso que mi obsesión por ser un buen anfitrión es herencia suya)…y por supuesto mi bicicleta brompton y la sensación de libertad que me da cruzar la ciudad con ella.

Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente. Mark Twain